El nacionalismo y sus descontentos
#NaciónRuidosón 7/7

Mucho de la estética del ruidosón se define por una cierta incertidumbre interpretativa de su dimensión sociocultural o política. Creo que en parte se debe a que el imaginario nacional mismo al que suelen referir tiene elementos contradictorios y en tensión. En la conclusión del libro agrego algunas palabras al respecto:

 

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«La imaginación nacionalista es incierta. No tiene necesariamente una orientación política definida. Esto no significa que su punto de partida sea neutro, pues cualquier forma de nacionalismo carga ya con ciertas determinaciones históricas, condiciones de posibilidad heredadas de la modernidad a partir de las cuales se organiza. Sin embargo, el nacionalismo es altamente voluble al momento de articularse con contenidos políticos, sociales y culturales concretos. [...]

 

Así, entre la izquierda y el nacionalismo hay una relación compleja, que habría que analizar situando históricamente cada caso. Por ejemplo, ¿por qué es impensable que escuchemos “The Star-Spangled Banner” en una marcha política de izquierda en Estados Unidos (digamos, una del movimiento Occupy en 2011), mientras que la izquierda en México no suele tener problemas con corear el himno nacional y ondear banderas patrias en sus protestas? Con herencias históricas tan diferentes, cada contexto varía los modos de configurar los discursos nacionalistas con sus formaciones sociales de clase, raza o género. […]

 

El ruidosón no da un elogio conservador ni un vituperio liberal a los discursos nacionalistas. Es decir, sus producciones estéticas nos colocan ante un imaginario nacional que no se identifica con un nacionalismo naíf (libre de antagonismos), pero que tampoco se critica desde un cosmopolitanismo igualmente naíf (siempre “tan anglosajón y europeo”, como diría Tony Gallardo).

 

Más bien, el ruidosón reconoce precisamente que, en la situación globalizada contemporánea, no hay una verdadera oposición entre nacionalismo y cosmopolitanismo. Hay también formas “cosmopolitas” (inscritas en el capitalismo globalizado) de imaginar la adscripción nacional, como ha sido el caso en el discurso dominante en México desde el neoliberalismo.

 

Ante ello, la estética del ruidosón explora las inconsistencias y violencias de las formas tradicionales o globalizadas de imaginar la comunidad nacional en México. Con su música, fiestas e imágenes, el ruidosón echa a andar estas formas históricas de imaginación nacional, pero suspendiendo su eficacia simbólica e introduciendo sus antagonismos reales.» (pp. 317-320)

 

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ROLA 7/7: Joey Muñoz - Ninis Héroes (cortometraje, 2013)


 

IMAGEN 7/7: Versión preliminar de la portada de 'Nación Ruidosón', por Urbano Mata

 


El necropatriotismo
#NaciónRuidosón 6/7

El ruidosón pronto se alineó a cierta sensibilidad generacional de músicos y artistas en diferentes partes del país; una estética que a través de música electrónica y arte digital expresó las complicidades entre la represión estatal, el control mediático y la violencia criminal en México. Alguna vez la llamaron "necropatriotismo", un término sugerente que me permitía conectarlo con la biopolítica (Foucault) y necropolítica (Mbembe, Valencia), pero esta vez desde una propuesta estética que rearticula de formas ominosas los discursos de legitimidad política que operan a través de la violencia estatal y criminal:

 

 

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«El necropatriotismo no escenifica el funeral del Estado-nación, sino cómo el Estado-nación puede funcionar también como agencia funeraria. El Estado-nación tiene como base esa contradicción: asume la protección de la vida de sus ciudadanos y, a la vez, sostiene políticas que crean precariedad. Los muertos generados por la explotación y la violencia no son “daños colaterales” del Estado —como sostuvo Guillermo Galván, el secretario de Defensa Nacional durante el sexenio de Felipe Calderón. En todo caso, hablar de los muertos por la precarización como excedentes del sistema es el sustento ideológico de la política estatal. Administrar la muerte es políticamente redituable y la estética necropatriótica aborda el discurso nacional que sostiene este negocio. [...]

 

Así, en términos generales, llamaremos necropatriotismo a una propuesta estética que se caracteriza por entremezclar los símbolos patrióticos, las imágenes nacionales, los discursos políticos y su ideología mediática, a través de estrategias propias de la música electrónica y los medios digitales y virtuales, como forma de abordar de manera entre crítica y lúdica la situación sociopolítica del país.» (pp. 222 y 225)

 

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ROLA 6/7: Santos - "El Gatillero" (Agonía, 2017)

 

 

IMAGEN 6/7: Portada de 'México | Año Cero', de Espectro | Caudillo (Reuben Torres, de Los Macuanos), con imagen de Pecco (Extasis Records, 2013)

 


El catolicismo mexicano
#NaciónRuidosón 5/7

Desde sus inicios, el ruidosón supo que el catolicismo mexicano era clave para entender la construcción histórica del imaginario nacional. Incluso los nombres de algunos proyectos, discos y canciones del ruidosón, así como las imágenes en flyers y objetos en fiestas, lo aludían directa o indirectamente. Sin embargo, el ruidosón incorpora estas referencias a partir de un proceso de extrañamiento que desplaza lo nacional-familiar al terreno de lo inquietante o Unheimlich:

 

 

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«Este proceso de extrañamiento o desautomatización, en el sentido del formalismo ruso, da cabida al posicionamiento político del discurso estético ante la religión. Para entender la posibilidad política de la incorporación artística, conviene volver al teórico cultural Evan Calder Williams. Este escritor llama salvagepunk al ejercicio estético de rescatar el sentido político de las formas culturales mercantilizadas. El salvagepunk, al decir de Williams, es una estética que se opone a “el hueco escalofrío del sampleo posmoderno ahistórico” y permite generar un contexto donde surjan nuevos procesos subjetivos a partir de los residuos viejos. En otras palabras, el salvagepunk apunta hacia un repetir diferente que, en este contexto, caracteriza la incorporación estética del imaginario católico mexicano en el ruidosón.

 

Justamente en este “repetir diferente” se registra el giro estético que el ruidosón hace del heimlich de la familiaridad cultural al unheimlich del extrañamiento inquietante. Como dice Derrida, el unheimlich freudiano nombra un “asedio irreductible”, espectral: “Lo más familiar se torna lo más inquietante. El hogar económico o ecológico del oikos, lo próximo, lo familiar, lo doméstico, incluso lo nacional (heimlich), se da miedo a sí mismo”. Para el ruidosón —parafraseando el popular letrero doméstico— ese “hogar” nacional es católico. Y sus canciones y fiestas nos hacen habitarlo como casa embrujada, perdida en el tiempo.» (p. 199)

 

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ROLA 5/7: Los Macuanos - "Sangre, Bandera, Cruz" (2012)


 

IMAGEN 5/7: Flyer de la fiesta La Santísima Trinidad: El Bautizo (12-02-2011)

 


 

La música regional
#NaciónRuidosón 4/7

El ruidosón no es el primer proyecto de música electrónica que utiliza géneros tradicionales mexicanos. En Tijuana, el antecedente más conocido en este sentido es el de Nortec, con quien el ruidosón tiene una relación complicada (que analizo de la página 144 en adelante). Y en el país, el caso contemporáneo más cercano al ruidosón es el género tribal en la música electrónica mexicana (que comento en la página 164 y ss.). Sin embargo, para comprender el modo específico en que el ruidosón incorpora géneros regionales mexicanos para aludir a cierta dimensión sociocultural, analicé los conceptos de "audiotopía" (Kun), "hauntology" (Derrida, Reynolds, Fisher) y "salvagepunk" (Williams) como estrategias estéticas en sintonía con lo que llamo la "intertextualidad dialéctica" del ruidosón, pues cada uno a su manera revela el carácter políticamente conflictivo y antagónico de los referentes musicales incorporados. Por eso, en el capítulo donde analizo la música tradicional mexicana en el ruidosón, inicio con estos dos párrafos:

 

 

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«Freud decía que interpretar los sueños es “la vía regia al conocimiento de lo inconsciente”. Pero uno debe leer esta frase de La interpretación de los sueños con ironía, pues para Freud la vía regia del psicoanálisis no lleva a algún suntuoso e imperial “palacio de lo inconsciente” (parafraseando a William Blake). Al final de la vía regia está siempre la inquietante obstrucción plebeya, digamos, de lo que en Análisis terminable e interminable Freud llamará “la roca viva de la castración”. Es decir, la vía regia del psicoanálisis es un atolladero, a dead end.

 

Retomando este sentido irónico es que podemos decir que para el ruidosón la interpretación (que aquí, en todo caso, es musical) de los géneros regionales ha servido como “la vía regia al conocimiento del imaginario nacional”. Es decir, el ruidosón no incorpora los estilos musicales regionales como si así se accediera a un sentido milenario y trascendente de la situación social, política y cultural del país. Para el ruidosón, el imaginario nacional es un cul-de-sac. La globalización sería una salida a este particular-nacional si no fuera porque la globalización también suele tener un nombre particular-imperial, ya sea Estados Unidos o Europa.» (pp. 133-134)

 

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ROLA 4/7: Siete Catorce - "Verdad" (EP3, 2013)


 

IMAGEN 4/7: Foto por Joey Muñoz de Siete Catorce en Nootropics 3.0, con Felipe Calderón al fondo (28-04-2012)

 


El imaginario nacional
#NaciónRuidosón 3/7

El espíritu posmoderno, que aún deambula entre nosotros, nos ha acostumbrado por décadas a despolitizar y deshistorizar los "imaginarios sociales": nacional, regional, étnico-racial, juvenil, contracultural… Todo imaginario se fragmenta en "imágenes" vaciadas y pasteurizadas, listas para su circulación y remix. Por lo tanto, la posmoglobalización no es una homogeneización cultural (el temido McMundo), sino quizá algo peor: diferencias neutralizadas en un mismo sistema (capitalista) de valorización. ¿Es posible una estética del imaginario nacional fuera de esta "lógica cultural del capitalismo tardío"? Para salir de este atolladero y replantear el análisis, anudé (con guiños a Lacan y Žižek) el "imaginario nacional", el "simbólico nacional" y el "real nacional" como registros que constituyen lo nacional:

 

 

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« • Lo real nacional define al cortocircuito de la disputa nacional por la dominación simbólica y por la identificación imaginaria. Es el lugar traumático del conflicto y la división, nunca representado ni atestiguado directamente en la experiencia sino por sus consecuencias y efectos secundarios (desigualdad económica, represión social, exclusión cultural, hegemonía política, etc.).

 

 • Lo simbólico nacional se traduce en las relaciones sociales propias de un país reguladas por un gran Otro que no existe como tal sino en tanto que el conjunto de ciudadanos lo entienden como realmente existente. Es el lugar de la performatividad, de las reglas culturales implícitas, del habitus nacional y la clasificación histórica de sus códigos sociales.

 

 • Lo imaginario nacional es el sustento virtual de la relación simbólica de lo nacional y es también la resolución fantasmática del antagonismo real de lo nacional. Entendido como un escenario virtual-fantasmático, el imaginario nacional permite ordenar las imágenes históricamente asociadas a la situación nacional. Es un espacio aparentemente libre de contradicciones, que cancela el conflicto y omite las divisiones; el lugar propio del deseo y de la identificación, que entrecruza lo individual o personal con lo colectivo o público.

 

Entonces, ¿qué sentido tiene la incorporación estética del imaginario nacional en el ruidosón? Por un lado, el imaginario nacional deja de ser mera virtualidad y muestra sus estrategias de actualización simbólica. Por otro lado, el imaginario nacional deja de ser mero espejo de identificación y evidencia sus conflictos. En otras palabras, en el ruidosón, el imaginario nacional se anuda al simbólico nacional y al real nacional para nombrar sus mecanismos de producción y ocultamiento.» (pp. 126-127)

 

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ROLA 3/7: María y José - "Rey de Reyes" (Club Negro, 2013)


 

IMAGEN 3/7: Portada con Tony Gallardo (María y José) diseñada por el artista urbano Shepard Fairey para la serie Rebel Music (MTV, 2015)

 


 

Investigar sobre el arte:
Roland Barthes


Primer video de #TeoríasDelArte
https://youtu.be/MjsjAjfYmkA

Exploro las posibilidades de la investigación académica sobre el arte, a propósito de un breve texto que Roland Barthes le dedica a los jóvenes investigadores del fenómeno artístico y literario en el contexto universitario.
 

La frontera
#NaciónRuidosón 2/7

La parte central en 'Nación Ruidosón' es el análisis del modo en que el ruidosón incorpora a su música y estética lo que llamo el "imaginario nacional" mexicano. El término es un ensamblaje teórico entre el "imaginario social" de Cornelius Castoriadis y la nación como "comunidad imaginada" en Benedict Anderson. Me interesa en particular cómo una propuesta estética-musical fronteriza permite pensar la condición nacional, teniendo en cuenta que el imaginario nacional mexicano puede verse de forma oblicua desde la frontera, donde su "naturalidad espontánea" se suspende cotidianamente. Esta perspectiva fronteriza ha sido central para el ruidosón desde sus inicios:

 

 

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 «Casi todos los músicos del ruidosón han vivido en Estados Unidos en algún momento de su vida. La frontera como problema de la nacionalidad es, para decirlo con Víctor Turner, un “drama social” íntimamente vinculado a sus historias de vida que después se codificará, al menos indirectamente, en su música.

 

Entonces, los contrastes económicos, sociales, políticos y culturales que una frontera como la de México-Estados Unidos pone en evidencia hacen que el imaginario nacional de cada país se vuelva, en general, una experiencia a la vez ajena y personal. En buena medida, puede pensarse que esta mirada crítica y distanciada hacia el imaginario nacional mexicano en el ruidosón tiene connotaciones anticentralistas, en la medida en que la frontera suelen verse los estereotipos de la nación como productos de discursos articulados desde el aparato mediático y político de la Ciudad de México y del gobierno federal ahí instalado. El imaginario nacional en la frontera queda más claramente fuera de lugar que en otras partes del país, y el ruidosón explora estéticamente este desajuste.» (pp. 14-15)

 

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ROLA 2/7: Los Macuanos - "El fantasma, la maquila" (El origen, 2013)

 

 

IMAGEN 2/7: Flyer de la fiesta "Maldita frontera, maldita frontera" (18-09-2010)

 

 

La escena
#NaciónRuidosón 1/7

Cuando preparaba 'Nación Ruidosón' tuve un primer problema a resolver: ¿qué es exactamente el ruidosón? Sabía que designaba a los proyectos de María y José, Los Macuanos, Santos y Siete Catorce, con sus canciones, tocadas, público, espacios... En otras palabras, una escena musical que se formaba entre Tijuana e internet. Pero sabía que algo más estaba en juego con el significante "ruidosón". ¿Es un género musical? ¿Es un colectivo artístico? No precisamente. Mi primer hallazgo en las entrevistas con los músicos (cerca de 8 horas transcritas y analizadas) fue que, aunque usaban el término polisémicamente, había al menos cuatro sentidos recurrentes, los cuatro conceptos fundamentales del ruidosón: una configuración estilística (relativamente identificable), una serie de fiestas (los "ruidosones"), un círculo social (implícitamente delimitado y reglado) y un potencial creativo (declarado como abierto o indefinido). ¿Pero qué hay de las diferencias entre los proyectos que conforman esta escena? En la introducción del libro doy claves para reconocer la singularidad de cada uno:

 

 

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«A María y José lo caracteriza su propuesta lúdica, festiva y estilísticamente voluble, además de sus provocadoras narrativas líricas como cantautor, inspiradas primero en el catolicismo mexicano y luego en el contexto de violencia nacional. Los Macuanos han trabajado un proyecto más conceptual y oscuro, que al principio se apropió de sonidos folclóricos y más recientemente de sonidos industriales y militares, con una fuerte carga política. La música de Santos está pensada para la pista de baile, guapachosa y tenebrosa a la vez, con temáticas que abarcan de la seducción a la criminalidad, de la fiesta al Estado fallido. Y finalmente, Siete Catorce es dueño del ala más experimental del ruidosón, de la exquisitez formal, que aunque a veces aparenta abstracción pura, es quizá el proyecto más sentimentalmente cargado del ruidosón.

 

En resumen, podríamos caracterizar a las facetas del ruidosón como sigue: Siete Catorce ocupa el rol del formalista sensible; Santos, el hedonista atormentado; Los Macuanos, el intelectual contestatario; y María y José, el narcocatólico tropical. Sirvan estas credenciales como presentación inicial por afinar durante las siguientes páginas.» (pp. 11-12)

 

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ROLA 1/7: Siete Catorce - "Estado Ruidosón, remix" (2014)

https://drive.google.com/file/d/1jGiaUKd0ZfiHTGkHW-4FTM-93TkaQpsB/

 

IMAGEN 1/7: Flyer de la fiesta "Unión Ruidosón" (25-08-2012)