La bolsa o la vida

Hay un ejemplo, conocido entre lacanianos, que ilustra el problema de la elección forzada: "¡La bolsa o la vida!" El asaltante pone las opciones y el asaltado decide qué entregarle. Pero si elige la vida, defendiendo su bolsa, entrega la vida y la bolsa.

"¿Liberar a Ovidio Guzmán o insistir en su captura?", se preguntó ayer AMLO. Como en el caso de arriba, la pregunta surge una situación en la que la "bolsa" ya estaba perdida: Liberarlo es entregar el Estado de derecho. Insistir en su captura es sacrificar un número incalculable de vidas con gran impunidad… entregando así el Estado de derecho que se intentaba defender.

Entonces, la especulación sobre cuál respuesta era la correcta pierde de vista que aceptar la pregunta es quedar alienado en un repertorio simbólico incuestionado. Por lo tanto, conviene tomar distancia y preguntarse: ¿Cómo fue que entramos a este oscuro callejón? ¿Cómo se instauraron las condiciones para la efectividad de esta elección forzada?

Por supuesto, las condiciones llevan consolidándose desde Calderón y la completa pesadilla que fue su sexenio. Pero también con las complicidades políticas y económicas globales antes, durante y después de Calderón. Y finalmente habría que sumar los "garrotazos al avispero" que AMLO tanto criticaba al PRIAN y hoy replica, solo para correr después e intentar convencernos de que su huida es muestra de una nueva actitud humanista ante la seguridad…

Esta vez, AMLO entregó el bolso y no la vida. Pero no se ve para cuándo el crimen organizado dejará de decidir el repertorio de elecciones.

Por lo pronto, el avispero sigue creciendo y las avispas se envalentan.