Probablemente mi canción favorita de Dylan es "With God On Our Side". Es un Dylan, por cierto, muy lejos del nacionalismo al que se le vinculó después (recuerdo, por ejemplo, un reciente anuncio de un auto para el Super Bowl donde aparecía con todos los clichés patrióticos pensables). "With God On Our Side" canta al sostén ideológico del Imperio. Pueden quitar "God", si gustan, y poner "Freedom", "Democracy", "Manifest Destiny", "Racial Supremacy", etecé. Mismo patrón: El eterno retorno de lo "gringo" (imperialismo + justificación moral). Y la canción parece criticar esta constante histórica, pero la primera persona del plural, el tono melancólico y los guiños irónicos dan un resultado ambiguo. Un conflicto sociopolítico íntimamente interiorizado. Euforia nacionalista desplazada por la sospecha y cantada en altibajos. Indecisa. Paradójica.
Mención aparte el espíritu borgeano de la penúltima estrofa:
Through many dark hour
I've been thinkin' about this
That Jesus Christ
Was betrayed by a kiss
But I can't think for you
You'll have to decide
Whether Judas Iscariot
Had God on his side
***
Claro que en más de un sentido "With God On Our Side" de Bob Dylan es una respuesta a "This Land Was Made For You and Me" de Woody Guthrie:
- Dylan recorre la historia de Estados Unidos del pasado al presente (interrogando al futuro), mientras Guthrie recorrió "this land" de Este a Oeste (anulado la propiedad privada).
- Dylan habla desde el "we" del melancólico vencedor (con "God" de su lado), mientras Guthrie hacia un "you and me" infinitamente colectivo (con un "you" que no define nación, raza o género).
- Dylan insiste de manera ambivalente en el carácter imperialista de su nación, mientras Guthrie insistió con espíritu anárquico el carácter comunista de su tierra:
There was a big high wall there that tried to stop me.
The sign was painted, said 'Private Property.'
But on the backside, it didn't say nothing.
This land was made for you and me.
***
Vuelvo a escuchar "With God On Our Side" y me clavo ahora en dos estrofas: la penúltima (ya citada) y última. Las transcribo:
Through many a dark hour
I've been thinkin' about this
That Jesus Christ was
Betrayed by a kiss
But I can't think for you
You'll have to decide
Whether Judas Iscariot
Had God on his side.
So now as I'm leavin'
I'm weary as Hell
The confusion I'm feelin'
Ain't no tongue can tell
The words fill my head
And fall to the floor
That if God's on our side
He'll stop the next war
Antes de estas dos estrofas, la canción asumía que el vencedor tenía a Dios de su lado y justamente por eso sus victorias históricas eran moralmente justificables y, sobre todo, "necesarias" (como si no hubiera podido ser de otra manera).
Pero la estrofa sobre Judas Iscariote da un giro interesante. El sujeto de la canción confiesa que, en sus "horas oscuras", se ha preguntado si Dios también puede estar del lado del "traidor". Si también la traición de Judas a Dios mismo, moralmente injustificable, era parte "necesaria" del plan divino, en la medida en que nada escapa de su necesidad histórica. Sin embargo, concluye: "But I can't think for you / You'll have to decide".
Aquí la canción toma la clásica postura protestante (y en ese sentido muy "gringa") ante la predestinación divina. Esta postura puede resumirse así: El Gran Otro ("Dios") ya lo sabe todo. Cada hecho aparentemente contingente, azaroso, es en el fondo necesario, predestinado. Pero eso no significa que nosotros podamos predecir el futuro, pues nosotros ignoramos su plan. Solamente sabemos que el plan se está ejecutando, pero no sabemos cuál es ese plan.
Entonces, si Judas Iscariote tuvo a Dios de su lado, en el sentido de formar parte de su plan divino/necesario, esto da pie a una "confusión" indecible (una confusión que "Ain't no tongue can tell"). Si estar del lado de Dios en las primeras estrofas de la canción parecía redimir heróicamente las acciones del Imperio a lo largo de su historia, ahora (bajo esta sospecha "oscura") el Imperio puede por eso mismo ocupar perfectamente el lado del traidor.
Además, esta confusión lo tiene "endemoniadamente fatigado" ("weary as Hell"... pun intended), porque, si bien todos estarían del lado de Dios (sean héroes o traidores), ello no implica que sepas qué posición ocupas, qué es lo que sigue o qué es necesario que ocurra. Al contrario: estamos en el plan del Gran Otro, pero no sabemos cuál es nuestro rol ni hacia dónde vamos, si somos traidores o héroes. El plan divino se va encarnando mientras avanzamos a tientas y lo vamos conociendo retrospectivamente, es decir, ya que ocurrió. Nunca mientras ocurre ni menos antes de que ocurra.
Finalmente, y de manera inesperada, en los últimos dos versos afirma que "Si Dios está de nuestro lado, Él detendrá la siguiente guerra". Estas palabras pueden, al menos, interpretarse de dos maneras:
1. Su "confusión" (ante la sospecha de no poder justificar tus acciones como "necesarias" pues no se conoce el plan divino de antemano) lo hace regresarse a la aparentemente ingenua seguridad de las primeras estrofas y predecir lo que ocurrirá en "the next war" (y su predicción es ingenuamente optimista).
2. Esta aparente seguridad de saber lo que implica "estar del lado de Dios" es el único contraataque efectivo que se le puede hacer a la predestinación imperialista. Algo así como ganarle al imperialismo bajo sus propias reglas y desde adentro. No se sabe el plan divino, pero actúas como si lo supieras. Es decir, la agencia histórica del sujeto es siempre un "bluff". Y uno puede perder esa apuesta, pero no se gana si no se realiza. En otras palabras, si el enemigo dice que la guerra es la necesidad histórica de estar del lado de Dios, no hay que abolir ese Gran Otro divino de la predestinación sino cambiar de "Dios", es decir, mantener su forma y cambiarle su contenido, asegurarle que: "Si Dios está de nuestro lado, Él detendrá la siguiente guerra". Decirlo con tal contundencia que estas palabras "llenen las cabezas de todos y caigan al suelo" como irrebatibles. Redefinir el "plan" divino redefiniendo a "Dios".
Esa segunda lectura es la más políticamente estimulante de la canción.
Esa segunda lectura es la más políticamente estimulante de la canción.