Unión Ruidosón @ West Fargo


Este sábado 25 de agosto se viene una fiesta interesante: Unión Ruidosón, en el West Fargo (yep, ese bar de fachada de madera que siempre ves cuando pasas por el bulevar). ¿Qué es el Ruidosón? En el 2011 lo mencioné en este blog entre mis proyectos locales favoritos. Esto fue lo que escribí:

El ruidosón es un proyecto conformado por diversas propuestas de música electrónica locales María y José, Los Macuanos y Santos principalmente, pero también El Hijo de la Diabla y Siete Catorce que incorporan a sus mezclas sonidos de la música tradicional mexicana y caribeña. Este género lleva ya cocinándose desde el 2009 y sus discos se estrenaron hace más de un año, pero fue hasta principios de este año que los descubrí. Su acercamiento, entre irónico y crítico, a la política, idiosincrasia e imaginería católica mexicanas, así como a la neotenia propia de los millennials —a través de imágenes de caricaturas y videojuegos combinadas con representaciones sexuales nves/bizarras (mezcla obvia en los visuales de Pecco en la más reciente presentación de MyJ)—, muestran un particular diagnóstico del momento nacional y generacional actual. Música aparte, los ruidosoneros, además, vía Internet y redes sociales, se han apropiado de cierto slang y un lenguaje particular lleno de gifs, tags e inside jokes a veces tan ácidos que más de una ocasión han provocado intensos debates en web (que no por intensos menos satíricos).

Pero al Ruidosón ya lo había mencionado antes, en un ensayo que escribí sobre arte tijuanense para una exhibición local y que después publiqué en Replicante (si no se ve, es porque el website tiene fallas técnicas que están por arreglar). En el texto, el Ruidosón se mencionó como un ejemplo (entre otros) de un nuevo paradigma de representación de la frontera y la identidad dentro de la producción cultural de la ciudad. (A este nuevo paradigma lo llamé en el ensayo la "endofrontera".) Aunque un poco sacado de contexto, va aquí el fragmento:

La endofrontera que parte de la perspectiva rizomática pone en juego varias identidades cuyos componentes deambulan, nunca son fijos, entran en dispersión lúdica. Surge como consecuencia de la fragmentación, desarticulación, desterritorialización de los complejos simbólicos que delimitaban las identidades sociales ahora decadentes. La identidad se representa aquí a partir de la diseminación simbólica de lo temporal, desplazando así la perspectiva espacial que definió a la exofrontera.
Esta aproximación está presente en el ruidosón, un movimiento musical que lleva más de dos años gestándose en la ciudad y cuyos proyectos más sobresalientes son María y José, Los Macuanos, Santos y El Hijo de la Diabla. En el ruidosón, los distintos ritmos tradicionales mexicanos y sonidos tropicales caribeños son apropiados no como identidades musicales estables sino como complejos simbólicos en crisis. Es el son que devino ruido. Por eso al ruidosón lo define un tono entre apocalíptico y carnavalesco.
El ruidosón es la fiesta que actualiza imaginerías lejanas, un vaivén lúdico entre estilos pretéritos. Su música elabora una reterritorialización de componentes simbólicos desarticulados por el paso del tiempo, un bricolaje que reordena las líneas de fuga de las identidades en crisis.
En distintas entrevistas, Los Macuanos han hablado explícitamente sobre su obra en términos del hauntology derridiano, cuyas ideas han influenciado a movimientos contemporáneos de música electrónica inglesa (The Caretaker, la disquera Ghost Box y demás). Para Derrida, pensar al ser (ontology) implica conjurar espectros del pasado (hauntology). La endofrontera, entonces, es la representación de una ausencia-presencia fantasmal donde las identidades musicales, sociales, etcétera subsisten sólo como “espíritu invisible” (María y José dixit).

Por último, para la promoción del Unión Ruidosón en Facebook, escribí una nota introductoria que aquí comparto:

Más que un género, el ruidosón es una unión o —como dirían sociólogos y electricistas por igual— un nodo: interconecta proyectos y genera flujos.
   No hay una estética o estilo uniforme necesariamente, pero convergen en puntos. Por ejemplo, hay referentes constantes —como la política y la religión, o ciertos sonidos tradicionales—, pero vistos bajo miradas diferentes.
   La crisis social vio nacer al ruidosón. El nombre y el primer soundtrack del movimiento aparecieron mientras la ciudad pasaba por su pico más alto de criminalidad y muertes. En otras palabras, el ruidosón surgió como crítica lúdica y resistencia cultural a la violencia.
   Además, el ruidosón se nutrió de otros nodos, formó redes. Desde su gestión dialogó con el 3ball regiomontano, por ejemplo, o con proyectos de electrónica y de música tradicional de vanguardia (oxímoron incluido) en varias partes del país.
   Y el internet… Digamos que sin internet todo esto que he descrito probablemente no hubiera ocurrido. El ruidosón es hijo de la interwebz.
   Una buena fiesta ruidosón no puede prescindir de melodías pulsantes, baile glitcheado al ritmo de .gifs bizarros y algún extintor activándose sin responsable aparente en la pista de baile. En otras palabras: el ruidosón ha generado algunas de las fiestas más memorables en la TJ reciente. 

Unión Ruidosón pinta bien por varias razones: los proyectos que participan vienen haciendo música nueva recientemente; hay algunos, como Los Macuanos y Siete Catorce, que no suelen tocar seguido en la ciudad; parece que el aspecto visual se ha estado trabajando también (algunos videos musicales, "oficiales" y no, y visuales en vivo); además, el venue, cuando menos, refresca las opciones de fiesta en estos tiempos post-Sexta boom.



Para irnos ambientando, aquí van algunos picks de los proyectos que veremos esa noche:

Pan Rock presenta: Los Macuanos - Ruidosón en Nuevo León 


Santos - Cuerpo sin alma



Siete Catorce - Mariana
   
El Hijo de la Diabla - Baika