Buscando aclarar varios puntos del debate que abrió el texto de Mavi Robles-Castillo, Jhonnatan Curiel publica en su blog un texto donde aborda su participación en TSUMP, el posicionamiento Ć©tico de los medios y la comunidad cultural ante el caso CECUT, la elaboración del periódico Contraluz, la falta de profesionalización en la institución, el activismo en polĆtica cultural tras la disolución de TSUMP, entre otros temas.
HACIA LA RENOVACIĆN ĆTICA DE LA COMUNIDAD CULTURAL
Jhonnatan Curiel
Temas: CrĆtica, Caso CECUT, TSUMP, Censura, Mitos, CONACULTA, Activiso, CONTRALUZ, Creadores, Ćtica, Institución, Obra Negra, Debate.
CASO CECUT: UN DEBATE PENDIENTE
Acto de protesta en la presentación de Carlos Monsivais.
De unas semanas para acĆ” ha vuelto a surgir el debate en torno al caso CECUT debido a la reciĆ©n inaugurada exposición “Obra Negra”. Ya que aĆŗn cuando la mayorĆa de los artistas incluidos en la exposición no han hecho un posicionamiento al respecto, hay otros que se han manifestado en contra debido a que expusieron obras de su autorĆa sin consentimiento alguno (para mĆ”s información vĆ©ase el texto “Obra Negra o Cómo legitirmarse con nombres ajenos de Alfredo GonzĆ”lez Reynoso). Esta acción de incluir obras de manera arbitraria pretende mostrar una supuesta inclusividad y de nuevo habla sobre la falta de profesionalismo de una institución que “deberĆa” ser el ejemplo contrario de ello. Pero, como sabemos, en un paĆs como MĆ©xico hasta lo mĆ”s cĆnico y retrógrada es celebrado y defendido por quienes buscan conservar el funcionamiento de un sistema social colapsado.
Me parece necesario escribir esto, ya que al igual que mi amiga Mavi, siento que se ha perdido el verdadero origen del problema y a casi dos aƱos de la imposición de Virgilio MuƱoz como director del CECUT a pesar de sus antecedentes penales aĆŗn continĆŗan los mitos, chismes y descalificaciones que tratan de minimizar lo sucedido en aras de mantener una supuesta postura “neutra” y poco autocrĆtica de lo ocurrido. La situación de hace dos aƱos y que aĆŗn se mantiene es un paradigma Ć©tico de la comunidad cultural en Tijuana. Es una postura de voluntad y decisión sobre cómo pensamos que vamos a transformar la ciudad a travĆ©s de las ideas y las acciones que estamos realizando ya. Ideas y acciones que mantenemos, ideas y acciones que renovamos.
MI PARTICIPACIĆN EN TSUMP
Acto de protesta durante el aniversario de la Revista Tijuaneo en la explanada del CECUT.
FormĆ© parte de la agrupación Todos Somos un Mundo PequeƱo (TSUMP) desde su origen hasta su conclusión como grupo colectivo. Tuve la oportunidad de realizar diferentes acciones de denuncia (dar clik para ver video) en contra de la designación del director y tambiĆ©n para romper el cerco mediĆ”tico que impusieron ciertos medios de la ciudad. Nunca he recibido apoyo económico del CECUT y el motivo por el que me sumĆ© al movimiento fue porque decidĆ tomar una postura crĆtica ante el deterioro social e institucional en el que nos encontramos como paĆs, y donde esta nueva imposición frente a una institución cultural venĆa a ser un ejemplo mĆ”s de las prĆ”cticas corruptas que se han vuelto comunes en la burocracia, pero no asĆ menos condenables.
Ante la apatĆa y falta de voluntad de la mayorĆa de la gente para exigir una alternativa de cambio social verdadero, una revocación individual que haga frente a las deplorables condiciones de vida con los cientos de asesinatos por las calles, la impunidad de funcionarios por actos de corrupción y el consecuente deterioro de la credibilidad en las instituciones, ante todo este pervertido panorama de vida del cual apenas se conocĆan los primeros efectos, lo vi anulado con la respuesta de creadores que hicieron un posicionamiento pĆŗblico en contra de la designación. Era un llamado a consenso frente a una decisión que no reflejaba el bien comĆŗn sino el interĆ©s particular, y hubo quienes lo tomaron como una consecuencia implĆcita del sistema mismo, asĆ de fĆ”cil. “De quĆ© te sorprendes”, me decĆa la gente. “Las cosas siempre han sido asĆ”. ¿Siempre?
Nunca antes habĆa ocurrido algo asĆ en la ciudad, me refiero al consenso de creadores y gestores culturales que hicieron pĆŗblico su rechazo ante esta decisión arbitraria en una institución cultural. Luego comenzaron las descalificaciones contra quienes protestaron. ¿Por quĆ©? “Porque son una mafia que estĆ” enojada”, respondĆan. “Pura grilla de artistas”. “Quieren el puesto de director para alguien de ustedes”. Y obvio que no era esto, sino que las cosas se hicieran bien, con profesionalismo y Ć©tica que solo se logra a travĆ©s de una decisión en consenso entre las personas interesadas en la cultura misma; que la decisión tuviera que ver con los intereses de desarrollo que corresponden a un espacio donde confluyen ideas y acciones para el desarrollo de las personas y la ciudad. No pensar al CECUT como una empresa de la cultura sino como un centro de encuentro y diversidad social que es inclusivo sin simulaciones y vacuos discursos.
Conforme pasaba el tiempo aumentaban las mentiras sobre supuestas prebendas económicas que nos movĆan. ¿Cómo era posible que los mĆ”s de 300 artistas, gestores culturales y personas interesadas en el devenir cultural de Tijuana tuvieran un objetivo en comĆŗn? ¿Por quĆ© ahora levantaban la voz y antes no? ¿QuĆ© razones habĆa de fondo para otras personas y grupos acallaran la protesta usando todas las descalificaciones que tenĆan a la mano? ¿Por quĆ© era tan importante el CECUT? Ćstas y otras preguntas venĆan a mi cabeza. Mientras sucedĆa esta situación se percibĆa cierta tensión en el ambiente y personas allegadas a mi hacĆan opiniones al respecto. Unas semanas despuĆ©s salió una carta de polĆticos y empresarios que apoyaban la designación del nuevo director a pesar del rechazo generalizado de la comunidad cultural. Era la maquinaria de los intereses legitimĆ”ndose a sĆ misma.
"Aguas con el CECUT. La Cultura como el agua es vital". Protesta y repartición de botellas de agua a las afueras del Centro Cultural Tijuana.
LOS EFECTOS DE LA IMPOSICIĆN Y LA PUBLICACIĆN DEL PERIĆDICO CONTRALUZ
Luego vinieron los despidos, las amenazas, la manipulación mediĆ”tica, las opiniones retrógradas de periodistas y algunos miembros de la comunidad cultural que miraban en esta problemĆ”tica una apertura para sus beneficios y afanes oportunistas, habĆa otros que simplemente descargaban su resentimiento en las opiniones, su abulia intelectualizada de contenido artificioso y plagado de prejuicios.
Tiempo despuĆ©s de organizar acciones conjuntas de denuncia, con un gran esfuerzo publicamos el periódico CONTRALUZ, periódico que reunĆa contenido sobre el Caso CECUT y algunas crĆticas por parte de creadores que apoyaron a TSUMP. TambiĆ©n aparecĆa una entrevista a VĆctor Clark Alfaro, Director del Centro Binacional de Derechos Humanos, que denunció a MuƱoz en 1994 y ahora se pronunciaba en contra de su designación como director del Centro Cultural Tijuana. A pesar de la gravedad del problema, la mayorĆa de los medios de comunicación callaron en un grotesco acto de complicidad, esto me indignó bastante porque aĆŗn teniendo un referente abstracto del entreguismo de los medios, vivirlo y verlo con mis propios ojos era diferente. A tal escala se estaban afectando intereses que la mayorĆa de los medios enfatizaron la versión que les convenĆa en tĆ©rminos publicitarios. Hubo pocos medios que sĆ dieron apertura al tema, pero fueron muy pocos en comparación con los que callaron en todo momento. Ćste era el periodismo funcional para la maquinaria de intereses particulares en la ciudad y ahora se revelaba como una herramienta de legitimación y propaganda.
EL FINAL DE TSUMP Y EL INICIO DE UNA VOLUNTAD ĆTICA
"La revolución estÔ en ti" Intervención pública en la plaza Santa Cecilia para conmemorar la Revolución Mexicana y repartir los primeros ejemplares del periódico CONTRALUZ.
Hicimos mĆ”s acciones conjuntas en las calles y luego de haber mostrado pruebas sobre por quĆ© rechazĆ”bamos la designación del nuevo director enviando cartas a CONACULTA que fueron ignoradas, y tambiĆ©n haciendo nuevos posicionamientos al respecto, finalmente el grupo se desintegró por diferencias ideológicas pero no asĆ el conjunto de razones que dieron inicio al movimiento, cada quien tuvo su razón particular de acuerdo a su experiencia, en mi personal opinión tenĆa que ver con un despertar Ć©tico en los y las creadoras tijuanenses que lograron llevar a la prĆ”ctica el ejercicio de su voluntad activa en busca de reivindicar el papel de lo artĆstico y su importancia en la renovación social. Los profesores, gestores culturales y periodistas que se sumaron a la protesta eran la prueba de que habĆa muchas personas involucradas con perfiles formativos que estaban interesados en construir otra dinĆ”mica de las designaciones en espacios culturales. Era un llamado a que las cosas se hicieran bien por primera vez. El corto proceso histórico de Tijuana se mostró como el momento mĆ”s oportuno debido a la situación de la ciudad, y el argumento que utilizaron en contra del “¿por quĆ© antes no protestaron y ahora sĆ?” quedaba anulado con la prĆ”ctica misma. No era necesario estancarse en las acciones no hechas en el pasado porque lo que estaba en debate ahora era el presente. Yo no conocĆa a la mayorĆa de los creadores activos en el movimiento y poco sabĆa de la importancia de su obra para la ciudad. Al margen de esto, la causa desde un inicio me pareció legĆtima y fue por eso que decidĆ sumar mi apoyo a las decenas de creadores que se integraron y organizaron en comisiones para llevar actos de protesta que todos proponĆamos y decidĆamos en consenso. Para mĆ serĆ”n inolvidables las reuniones que se organizaron en la Colonia Federal y la convicción que mostraba cada quien en sacar adelante nuestro propósito, muy a pesar de las circunstancias adversas. Casi al final, cuando ya quedĆ”bamos pocos que continuĆ”bamos activos, y luego de innecesarias intrigas y sĆŗbitos posicionamientos para deslindarse de TSUMP, me puse a pensar en lo importante que habĆa sido esta acción y el aprendizaje adquirido a lo largo del trayecto.
EL APRENDIZAJE
"La revolución estÔ en ti" Intervención en la plaza Santa Cecilia el 20 de Noviembre de 2009.
En todo momento, para mĆ lo importante no era el dinero ni los intereses de poder en juego sino la mejora de la vida misma. AsĆ de sencillo. AĆŗn pienso de esta manera y por eso no me arrepiento de haber participado en TSUMP, al contrario, le agradezco que me haya enseƱado tanto. Gracias a TSUMP conocĆ a creadores con los que comparto un sentido de vida transformativo que nada tiene que ver con lo económico, esto no lo entenderĆ”n quienes han construido sus relaciones sociales y familiares a partir del dinero y no conocen otra dinĆ”mica. AprendĆ a trabajar en equipo de manera horizontal, todos tomĆ”bamos decisiones y participĆ”bamos de manera activa. En las reuniones se debatĆa, platicaba, reĆa, planeaba, poco a poco nos Ćbamos conociendo todos. A pesar de pertenecer a una misma generación, muchos de ellos no se conocĆan antes; habĆan confluido en este momento como yo lo hice tambiĆ©n. AdemĆ”s de obtener un aprendizaje de vida, tambiĆ©n fue favorable conocer y autodiferenciarme de aquellos creadores, periodistas y funcionarios que percibĆ como conformistas y vacĆos de una Ć©tica que demuestre una constante renovación y no su anacronismo. En tĆ©rminos creativos no comparto nada en comĆŗn con ellos y el modo de vida que eligen no considero que me haga sentir pleno. AprendĆ que algunos de ellos han logrado integrarse al juego de “comer mierda sin hacer gestos” y son recompensados por su paciencia y hazaƱa. En todas las diferentes etapas de este movimiento aprendĆ de mĆ mismo y de otros creadores que se ganaron mi admiración y respeto; y tambiĆ©n aprendĆ de aquĆ©llos que me reflejaron su propio estancamiento a travĆ©s de sus acciones o su pasividad.
MIS PARTICIPACIONES EN EL CECUT DESPUĆS
Lectura durante el Encuentro de poetas jóvenes en el CECUT.
He participado dos veces en el CECUT luego de lo ocurrido en 2009. En la primera ocasión un poeta amigo mĆo me invitó a presentar su poemario publicado por el proyecto editorial Existir. Me sentĆ© con el pĆŗblico y mi participación la leĆ de pie. Me neguĆ© a subirme al escritorio de presentación por obvias razones.
La segunda vez fue cuando nos invitaron al Encuentro de poetas jóvenes Tijuana-San Diego en el CECUT. En mi participación leĆ el primer poema del conjunto “Yo no trabajo en poemas pequeƱos" que escribĆ a raĆz de la situación en el Centro Cultural Tijuana. Cuando terminĆ© mi participación se me acercó la actual directora del Ć”rea de literatura y me increpó disgustada sobre por quĆ© llevaba pura negatividad al CECUT. En aquel momento y aun ahora considero esto que me dijo como un halago. Ya que el concepto mismo de negatividad no necesariamente es malo sino que habla de la autodiferencia implĆcita en todas las cosas, por ejemplo, donde hubo un acuerdo de silencio para no hablar sobre el tema, ahĆ tambiĆ©n corresponde el lugar de la palabra para que rompa ese silencio. El polo negativo en contraste con la enfatizada positividad del otro polo.
El tema de mis participaciones lo menciono ya que pienso que no es necesario marginarse de la institución para marcar una distancia de ella. AĆŗn cuando el funcionamiento burocrĆ”tico obedezca a las mismas prĆ”cticas corruptas de otras instituciones como el nepotismo, los dedazos, la impunidad, etcĆ©tera, esto no significa que el espacio cultural pierda su sentido de encuentro para la gente. Las dos Ćŗltimas veces que he participado en ese lugar ha sido sin dejar de manifestar lo que pienso porque lo considero importante. ¿Cómo se logra una renovación cultural si los mismos espacios dedicados a la cultura repiten aquello que necesita ser renovado? Eso es un estancamiento. Una tautologĆa de la prĆ”ctica que no conviene denunciar porque altera el supuesto orden establecido de unos cuantos. Marginarse o seguir visitando y exponiendo en el CECUT es algo que decide cada quien. Es su propia decisión y circunstancia. Bajo quĆ© tĆ©rminos lo hacen y cuĆ”les son sus motivaciones, considero que es algo particularmente complejo que no conviene generalizar. Lo digo en el sentido de creadores emergentes que utilizan al espacio para impulsar sus obras sin necesariamente vincularse con una postura en el conflicto. Aunque esto tambiĆ©n lo considero riesgoso. A pesar de que haya quienes no puedan desligar el costo polĆtico de participar en el Centro Cultural Tijuana por los antecedentes del director, veo tambiĆ©n la necesidad de diferenciar entre el director, la institución y las creaciones que se exhiben en la institución. El director no es el Centro Cultural Tijuana, ni es tampoco la cultura, nunca podrĆ” serlo. Aun cuando lo intente construir asĆ en la opinión pĆŗblica argumentando en entrevista que sus “sus enemigos son los enemigos de la cultura". Porque la institución es un organismo vivo que estĆ” complementado por varias partes y sujetos, tanto del interior como al exterior de ella. Es un esfuerzo social conjunto que si se desequilibra cae en conflicto, tal y como lo vemos ahora.
Al mismo tiempo respeto a quienes deciden no volver a presentarse en ese lugar, es una cuestión de principios que manifiesta el rechazo a prÔcticas que pervierten todo sentido de profesionalismo y avance para una sociedad que necesita crecer. Lo sucedido en el Centro Cultural Tijuana es un retroceso histórico del cual muchos no quieren formar parte. Lo considero vÔlido pues llevar a la prÔctica su decisión, lo considero el ejemplo de sus convicciones e ideales.
A QUIEN GUSTE DE MANTENER FALSEDADES
Repartición de CONTRALUZ en la FIL Guadalajara, 2009.
Quienes aĆŗn se impongan la creencia de que la motivación esencial en este movimiento fue por razones económicas, o tiene demasiados referentes personales o lo atribuyo a una visión cómoda y reduccionista que trata de justificar su propia apatĆa y desinterĆ©s de asumir una postura Ć©tica ante lo ocurrido. El argumento de lo económico fue el que mĆ”s se utilizó y sigue siendo utilizado para descalificar lo ocurrido en el 2009 en el CECUT. Pero ese argumento ya no es funcional, lo gastaron las voces retrógradas que lo esgrimieron como bandera para despistar el verdadero problema de fondo, la corrupción institucional directamente ligada a la corrupción individual. El hecho de que a estas alturas se le trate de ver como “un problema de dinero” es un reflejo de la falta de credibilidad que se ha construido alrededor de las causas sociales con motivaciones vĆ”lidas y genuinas. Veamos el paĆs y todos los problemas que tiene, siempre para desprestigiar y desgastar un movimiento se le vincularĆ” con afanes económicos. Y no estoy diciendo que sea inexistente ese interĆ©s en ciertos grupos o personas, pero esto tambiĆ©n habla de la importancia que se le presta a los problemas de dinero antes que a las propuestas de renovación Ć©tica para la vida. Para algunos es inconcebible y hasta ridĆculo que esto ocurra. El dinero no puede comprar los principios y si los compra es que de entraba no habĆa principio alguno.
LA LABOR CREATIVA Y LA INSTITUCIĆN
Estoy de acuerdo en no sobredimensionar la importancia del CECUT pues a final de cuentas poco tiene que ver con la labor creativa. El Centro Cultural Tijuana es una plataforma para la difusión de creaciones artĆsticas Ćŗtil para todos pero no es esencial para la creación en sĆ. Es una de las etapas por las que puede pasar el proceso creativo, nada mĆ”s. Una de las lecciones aprendidas de toda esta problemĆ”tica es que somos capaces de activar nuevos espacios culturales que sean un reflejo de inclusividad y tolerancia a la crĆtica cuando Ć©sta sea necesaria. Sin crĆtica no hay movimiento, hay estancamiento. Somos capaces de dotar de fuerza simbólica a espacios que estĆ©n exentos de actos de corrupción, ni prĆ”cticas que traben la legitimidad de las decisiones en consenso. Es posible crear y llenar de vida nuevos espacios donde confluyan quienes estamos interesados en el desarrollo de nosotros mismos y de la ciudad entera a travĆ©s de las diversas manifestaciones culturales. No es indispensable recibir apoyos institucionales para la labor creativa pero sĆ facilitan las condiciones de creación. Solo esto. La voluntad artĆstica y transformativa se manifiesta de manera natural y no estĆ” determinada por el dinero. Nunca podrĆ” estarlo.
Por otro lado, pienso que no se le puede dar la espalda a las instituciones porque constituyen logros sociales de organización y propósito. Es bueno que existan las instituciones culturales pero no como empresas de la cultura, ni con el funcionamiento anacrónico que ahora tienen, viciado desde adentro por la burocracia. Entiendo que la noción general de institución que nos han heredado lamentablemente es reafirmada por sus actos. Vemos corrupción, impunidad, nepotismo, indiferencia, el sĆndrome de la burocracia parĆ”sita y las luchas de poder, etc. Pero esto no determina ni es el verdadero sentido de las instituciones. Se debe salir de la creencia saboteadora que dicta que las cosas seguirĆ”n asĆ por siempre. En la triste afirmación de que “las cosas no van a cambiar” se encuentra tambiĆ©n una condena automĆ”tica que hunde a quien la dice. Se asume sin crĆtica este sometimiento porque facilita la vida para algunos pero no deja de ser indigno y vergonzoso.
EL CECUT HOY
A raĆz de lo ocurrido en 2009 y luego de ser testigo de las diferentes acciones que se han llevado a cabo en el CECUT, por un lado veo que se mantiene el Ć©nfasis en el espectĆ”culo y el entretenimiento antes que en el carĆ”cter formativo para la gente de la ciudad. No hay un interĆ©s genuino para formar personas a travĆ©s de las diferentes manifestaciones artĆsticas y culturales sino mĆ”s bien generar la mayor ganancia posible a travĆ©s de ellas. Aunado a lo anterior, claramente se ve la continuidad de una agenda polĆtica antes que un proyecto cultural para el beneficio de la ciudad y sus habitantes: la exposición fotogrĆ”fica del ejĆ©rcito mexicano que resultó conveniente cuando organismos internacionales condenaban la muerte de civiles en retenes militares a lo largo del paĆs; las actividades de relleno en las programaciones mensuales y las presentaciones vacĆas; las cenas de gala para polĆticos y empresarios en El Cubo; la frialdad oficialista de un evento como Tijuana Innovadora que trató de minimizar la violencia con discursos; el hijo de Taurus Do Brasil; la renta de la explanada para el show de Laura Bozo; asĆ como el próximo espectĆ”culo del programa Guerra de Chistes. Todos estos eventos hablan de un espacio que no busca innovar y proponer una trayectoria cultural diferente a la ofrecida en la televisión o los centros comerciales.
Por otro lado acepto que en el CECUT hay un esfuerzo por articular eventos que tengan un impacto mayor hacia la gente, pero esto requiere un trabajo constante y no esporĆ”dicas intervenciones para agitar la opinión pĆŗblica y luego abandonar las iniciativas. El proyecto de Ćpera Ambulante es un ejemplo de esto. A su vez, Tijuana Innovadora en cierta medida fue una plataforma favorable para difundir las creaciones de artistas emergentes, al margen de la frivolidad proyectada en el evento y los intereses de por medio. La exposición de “Obra Negra” es el nuevo intento por articular una propuesta sobre las manifestaciones artĆsticas en Tijuana, pero los criterios arbitrarios para incluir obras de creadores que no quisieron participar habla de la falta de profesionalismo para organizar una exposición y el poco respeto que se tiene a las decisiones Ć©ticas de los creadores. Cabe mencionar que los esfuerzos para sacar adelante estos proyectos obedecen mĆ”s a la iniciativa de personas que quieren seguir trabajando y proponiendo al margen de los antecedentes del director, aĆŗn cuando esta postura sea riesgosa y difĆcil. Desligar la figura del director de las propuestas que aparecen en el CECUT considero que es sustancial ya que de otro modo se le otorga una importancia que en realidad no tienen Ć©l frente a las propuestas. A pesar de que se haga el intento de adjudicar como logro propio los frutos de un trabajo conjunto, no es posible y hay un alto grado de falsedad en esto, ya que no se puede ocultar lo que es visible a primera vista. Las firmas y autorizaciones que alguien pueda hacer es algo mĆnimo El trabajo habla por su cuenta.
INVITACIĆN AL DEBATE
AĆŗn quedan muchas otras cuestiones que discutir sobre las instituciones, los apoyos para creadores, las becas, la función del artista en lo social, la construcción Ć©tica tanto individual como grupal, la transformación de las prĆ”cticas sociales, entre tantas otras cosas que se me escapan. Al igual que otras opiniones y crĆticas sobre lo ocurrido en el CECUT en el 2009 y los efectos que generó, sirva este texto para estimular al debate en torno a la renovación Ć©tica de la comunidad cultural.