Pandemia, migración
y la frontera-gatopardo


 

Hoy hace un año, Estados Unidos vetó en su frontera terrestre con México los "viajes no esenciales" como medida contra la pandemia, que continúa con la administración de Biden.

 

Días antes, uno de mis últimos cruces a San Diego fue para participar en una conferencia sobre frontera y tecnología organizada por la UCSD (https://edgelandtech.ucsd.edu/schedule). Tuve una breve intervención en la mesa redonda que cerró el primer día de actividades, donde hablé de la frontera como una paradigmática tecnología de control y vigilancia, la necesidad de abordar la socialización de los medios de programación, y las formas de asimetrías (pero también escenarios compartidos) entre Tijuana y San Diego como punto de partida para pensar las "edgelands" (min. 13: https://www.facebook.com/watch/live/?v=178625920251784).

 

Esta semana, México comenzó las restricciones a los viajes no esenciales en sus fronteras terrestres norte y sur "para prevenir la propagación del Covid-19". Un año tarde, luego de la crítica ola de invierno, con mayor capacidad hospitalaria y conocimiento médico, además de las campañas de vacunación ya en curso, la medida pareciera desmedida y fuera de tiempo. Pero, como ha sugerido Juan Antonio, no debemos descartar que se dé como intercambio político con Biden, para contener la migración centroamericana (con el pretexto pandémico) a cambio de las vacunas enviadas por su gobierno a México. No sería la primera vez que la 4T toma a los migrantes como moneda de cambio con Estados Unidos. Y además vemos, una vez más, que las políticas migratorias y fronterizas de republicanos y demócratas son indistinguibles, con meros ajustes en los pretextos y discursos (recuérdese el rebautismo del "kids in cages" por "migrant facility for children" que sugirió la actual administración en una rueda de prensa hace unas semanas). Así, tras la pandemia y las sucesiones partidistas, la frontera-gatopardo cambia para que todo siga igual.